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Según las estadísticas, ocho de cada diez personas sufren de dolor de espalda en algún momento de sus vidas. Las causas más comunes? Muchas y variadas: levantar un objeto pesado, pasar horas sentado, un mal movimiento, un golpe, mala postura, una caída y hasta por estrés.
"El dolor puede ser leve y constante, presentarse como puntadas o tensión muscular, y muchas veces se irradia hacia las piernas restringiendo la flexibilidad", explica el Dr. Alejandro Rolón, responsable del área de imágenes del musculoesquelético del Centro de Diagnóstico IMAXE.
"Se clasifica como agudo cuando aparece súbitamente y dura algunos días o pocas semanas, pero si este dolor persiste más de tres meses, se lo considera crónico".
Muchas veces el dolor de espalda puede acompañar a otras enfermedades como la artritis, la escoliosis, la fibromialgia, la endometriosis y puede presentarse en situaciones especiales como el embarazo.
En casos más aislados, el dolor de espalda puede surgir debido a alguna infección o un tumor.
Si el dolor causa debilidad, adormecimiento u hormigueo en una o las dos piernas, o se acompaña de pérdida de peso sin estar a dieta y/o si hay inflamación y enrojecimiento, se debe consultar cuanto antes al especialista.
Una vez determinada la causa del dolor a través de un diagnóstico por imágenes, el médico recomendará un tratamiento que puede incluir desde analgésicos, anti inflamatorios, ejercicios específicos, compresas frías y/o calientes, terapia física, inyecciones para aliviar el dolor y cambios de hábitos. En algunos casos como los de dolor de espalda por hernia en los discos de la columna que no responden a los tratamientos convencionales o que están comprimiendo a los nervios o ciertos casos de fracturas en las vértebras, es necesario realizar una cirugía.
También se puede recurrir a terapias alternativas para aliviar el dolor como la acupuntura, acupresión, la estimulación eléctrica transcutánea, los masajes y la manipulación o ajuste de la columna vertebral (quiropraxia).
Para prevenir el dolor de espalda:
• Hacer ejercicio con frecuencia para fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen.
• Mantener un peso saludable y una dieta que incluya calcio
• Mantener una buena postura al estar de pie y sentado.
• Mantener la pelvis en una posición neutral si se debe estar mucho tiempo parao y descansar los pies por turnos apoyándolos y elevándolos para quitar la presión de la parte baja de la espalda.
• Flexionar las rodillas manteniendo la espalda derecha cuando se levantan objetos pesados para proteger la espalda.
El Dr. Alejandro Rolón es médico radiólogo, especialista en imágenes musculoesqueléticas en el Centro de Diagnóstico IMAXE y director del área de imágenes de Deporte y Traumatología.
IMAXE Centro de Diagnóstico por Imágenes
Área Traumatología y Deporte
El mejor tratamiento es la Prevención
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