El corazón de un deportista posee algunas diferencias comparado al de una persona sedentaria o al de alguien que hace ejercicios para mantenerse en forma. Los deportistas que se someten a un fuerte entrenamiento aeróbico (maratonistas, ciclistas, etc.), pueden presentar aumento del tamaño del corazón. Aquellos que utilizan mucha fuerza (levantamiento de pesas), tienen las paredes del órgano más engrosadas . Estas alteraciones por sí solas no son perjudiciales para el funcionamiento: el corazón mantiene su contracción y relajación normal. Entonces, ¿cuál es el peligro?
En los últimos años, han ocurrido casos esporádicos de muerte súbita en atletas, en general compitiendo o entrenando y que llamaron la atención de los medios. La mayoría de las veces el problema es causado por alguna lesión cardiaca preexistente que el atleta no sabía que tenía. Daba señales pero en el entrenamiento diario pasaba desapercibido o era ignorado por el profesional por recelo de ser apartado de sus actividades.
Según las estadísticas, la mayoría de los casos de muerte súbita están relacionados por una enfermedad arterial coronaria. Estudios realizados en Estados Unidos revelan que las principales causas de muerte súbita en atletas jóvenes son enfermedades congénitas del corazón: la persona nace con una alteración genética, pero puede manifestarse en la adolescencia o en la adultez. En los atletas mayores de 35 años la principal causa de muerte súbita es el infarto agudo de miocardio o más conocido como “ataque cardíaco”.
Las señales de que algo no está funcionando como bien son el dolor de pecho, palpitaciones, falta de aire o desmayo. Con la pérdida de consciencia, aunque sean pocos minutos, o cualquier otro síntoma, se debe consultar al médico, especialmente si este malestar ocurre durante la práctica de ejercicios. De todas maneras, la ausencia de síntomas no debe ser considerada un certificado de salud: las estadísticas indican que apenas el 3% de los atletas que sufrieron muerte súbita se habían quejado anteriormente por algún síntoma.
Los estudios de corazón son necesarios en los atletas y en aquellos que desean dedicarse a una actividad física regular junto con un análisis de laboratorio, electrocardiograma y estudio de esfuerzo (ergometría).
Practicar cualquier modalidad deportiva de 3 a 5 veces por semana, es la mejor forma de prevenir los problemas cardíacos, sólo que hay que tener algunos recaudos.
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